Ayer a última hora (española) se dictó el veredicto para el polémico juicio entre Apple y Samsung por la demanda por violación de patentes que Apple registró hace unas semanas. El proceso ha finalizado con una sentencia que obliga a Samsung a pagar 1.049 millones de dólares a Apple por la violación de diversas patentes, y ha provocado todo tipo de comentarios de los medios. Yo me he leído solo un par de ellas, pero da igual lo que uno lea en la prensa americana, porque allí el sistema judicial es, en mi opinión, un cachondeo.
Y es un cachondeo porque todo el mundo puede demandar a todo el mundo básicamente por cualquier chorrada. Y además, las penas suelen ser de aquí te espero. Aquí si cruzas mal por una calle y tienes la mala suerte (o mala vista, según se mire) de que pase un coche y te de un golpe probablemente logres alguna compensación económica. En Estados Unidos, a pesar de que la culpa es tuya, tendrás un sueldo Nescafé de por vida, o al menos eso es lo que me han contado.
Con las patentes es igual. El sistema judicial americano protege las ideas y la propiedad intelectual como ningún otro país en todo el mundo. El problema es que aunque entiendo que hay ideas que efectivamente son patentables, hay otras demasiado generalistas (el doble clic, las formas rectangulares de un smartphone) que nunca deberían convertirse en patentes, precisamente porque todo el mundo las usa. No sé quién inventó el primer televisor, pero supongo que por esa regla de tres podría demandar a todas las empresas que actualmente fabrican televisores y pantallas por haber usado ese formato rectangular para todo tipo de productos de electrónica.
Es lamentable que Apple gane un juicio porque alguien le copia, porque en este mundo y a lo largo de la historia ha habido algo muy claro: todos copian de todos. Sin excepción. La idea es iterar sobre lo que se copia para tratar de mejorarlo, pero empresas como Apple tratan de frenar esa innovación sobre bases muy generales. No digo que Samsung no haya copiado -que lo ha hecho, y lo ha hecho, repito, como todas-, sino que la mayoría de patentes por las que se le ha impuesto ese castigo son una sandez. Las declaraciones de Samsung -copio y pego traducción de aquí- tras el veredicto son muy racionales y coherentes, y estoy totalmente de acuerdo con ellos:
El veredicto de hoy no debería verse como una victoria para Apple, si no como una pérdida para los consumidores estadounidenses. Les dejará con menos elecciones, con menos innovación y, potencialmente, con precios más elevados. Es una lástima que las leyes sobre patentes puedan ser manipuladas para dar a una compañía un monopolio sobre rectángulos con esquinas redondeadas, o tecnología que está siendo mejorada día a día por Samsung y otras compañías. Los consumidores tienen derecho a elegir, y saben qué es lo que están comprando cuando adquieren un producto de Samsung. Esto no es el final del mundo en este caso o en las batallas que se librarán en los tribunales alrededor del mundo, algunos de los cuáles ya han rechazado muchísimas de las quejas presentadas por Apple. Samsung seguirá innovando y ofreciendo otras opciones para los consumidores.