Convivir con la naturaleza (foto de Jaime Cristóbal López)

lunes, 22 de octubre de 2012



Autofagia celular



En situaciones de estrés, las células pueden llegar a digerir sus propios orgánulos. Este proceso se denomina autofagia, que significa "comerse a sí mismo".

Mediante el catabolismo de los componentes celulares se obtiene energía, lo que permite la supervivencia de la célula en un periodo de ayuno. Así, la autofagia regulada garantiza la síntesis y el reciclaje de los componentes celulares.


Científicos alemanes acaban de descubrir que la autofagia se regula mediante un "freno molecular" cuyo objetivo es evitar que se pierda el control de este proceso, interrumpiéndolo cuando deja de ser necesario, según exponen en la revista Cell Death & Differentiation.



Dentro de la célula, existen mecanismos por los cuales los componentes celulares de grandes dimensiones destinados a la degradación y posterior reciclaje son encerrados en una pequeña vesícula, denominada autofagosoma, que se fusiona con otra pequeña vesícula y se desencadena la digestión de su contenido.  



Los científicos probaron a inducir el mecanismo de autodigestión manteniendo a las células en ayuno o simulando una infección. Así descubrieron que las células, de forma simultánea a empezar a "comerse a sí mismas", activaban también moléculas que inhibían la autofagia, "como una especie de freno de emergencia que impide que la autofagia se descontrole", comentaron los científicos.

La proteína p38 formaba parte del proceso, pasaba a la superficie del autofagosoma y, una vez allí, alteraba la molécula Atg5, bloqueando el paso final de la autofagia, que implica la creación de la vesícula. La autofagia se inhibe y la célula activa el mecanismo molecular de freno.
Un fallo en este mecanismo desencadenaría la aparición de enfermedades, de ahí su importancia.

Autofagia celular


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