Arranz dirige desde hace cinco años el Parque Nacional Garamba, en el
noroeste de la República Democrática del Congo, y con su vasta experiencia en
reservas del continente ya conocía bien el triste espectáculo de elefantes
muertos por su marfil a manos de cazadores furtivos.
Pero lo que constató en abril de este año no tenía precedentes.
"Uno de los elefantes que teníamos marcados con radiocollar dejó de moverse y
fuimos a ver que había pasado", relató Arranz a BBC Mundo desde Garamba.
"Encontramos un grupo de cinco elefantes muertos todos juntos, los adultos
protegiendo a las crías lo que es bastante raro pues los elefantes en cuanto
oyen un disparo corren. También nos chocó que alrededor de los elefantes había
muchas huellas de gente pero no encontramos ninguna que llegara o saliera del
lugar".
En total habían muerto 22 elefantes en varios grupos y muestras de ADN de los
animales están siendo investigadas por Interpol.
"Aunque nunca había pasado, sospechamos que podrían haber sido matados desde
un helicóptero. Recuperamos algunos cráneos para constatar que en todos la bala
había entrado por la parte de arriba de la cabeza".
La matanza de elefantes ha escalado a nuevos niveles de violencia, con armas
y equipo cada vez más sofisticado y con la participación de grupos rebeldes,
según Arranz, quien compara el comercio ilegal de marfil con el tráfico de
drogas.
"El problema es que el precio del marfil ha subido mucho, lo cuál quiere
decir que la gente está dispuesta a todo por conseguirlo. Hasta ahora luchábamos
contra grupos de furtivos no muy numerosos y generalmente no muy bien armados,
pero ahora vemos grupos de más de 30 personas y llevan armas pesadas como
ametralladoras".
"El comercio de marfil tiene el mismo problema que el narcotráfico. Y si la
gente lo sigue pidiendo y cada vez paga más va a ser imposible pararlo".
"No echan marcha atrás".
El Parque Nacional Garamba tiene unos 5.000 kilómetros cuadrados y emplea
cerca de 140 guardas. En las mañanas, Arranz también inspecciona la reserva
desde un avión ultraligero, pero la extensión de bosque virgen es demasiado
vasta para ser controlada por completo.
"Los guardas arriesgan simplemente su vida pues la mayoría de los encuentros
con los furtivos acaban en tiroteo. Tenemos armas muy viejas (la mayoría AK 47)
y en mal estado y además tenemos muchos problemas para conseguir munición por lo
que no podemos hacer ejercicios de tiro para entrenamiento. Esto es lo primero
que necesitamos, armas en buen estado y munición suficiente", dijo Arranz a BBC
Mundo.
Un grupo de guardas debe permanecer además en la estación "porque ya nos
atacaron una vez en 2009 y mataron 16 personas".
Algunos de los guardas llevan muchos años en Garamba, como Alexandre Tamoasi
o Agare.
"Ambos han tenido muchas cruzadas y tiroteos con los furtivos pero no echan
marcha atrás. Son realmente ellos los que están haciendo posible que el parque
siga existiendo a pesar de todos los problemas".
"Kony"
La matanza de elefantes para lucrar con el marfil por parte de grupos armados
como el Ejército de Resistencia del Señor, Lord Resistance Army o LRA de Uganda
no es especulación, según Arranz.
"Hasta ahora la mayoría de los furtivos era gente local o que venía a matar
elefantes incluso desde Sudán".
"El LRA lleva aquí cinco o seis años y creemos que nunca había matado
elefantes, pero este año tenemos la seguridad de que sí lo han hecho porque
hemos rescatado algunos niños", añadió Arranz.
"El LRA ha secuestrado al parecer más de 30 mil niños para convertir a los
niños en soldados y a las niñas en esclavas sexuales. Cada vez que hay un
tiroteo con ellos hay niños que intentan escapar y a veces lo consiguen".
"Esos niños nos han contado que este año el LRA tiene órdenes del líder,
Joseph Kony, de matar elefantes para mandarle los colmillos y ellos han visto en
varios casos grupos de gente que sale con 10, 15, 20 colmillos no se sabe a
donde a llevar el marfil a Kony. Supongo que será para financiarse". Kony es
acusado de crímenes de guerra y es buscado por la Corte Penal Internacional.
China, el principal destino
¿Qué puede hacerse para combatir el tráfico ilegal de marfil?
El kilo de marfil puede alcanzar hasta US$1.000, según Arranz, quien ha visto
colmillos de 40 kilos.
Así como en el siglo XIX los elefantes eran muertos para satisfacer la
demanda de naciones europeas como Bélgica, la antigua potencial colonial de RD
Congo, hoy en día el mayor destino del marfil es Asia y especialmente China.
"Con 29 toneladas decomisadas entre 2009 y 2011, China es con mucho, el
principal destino del marfil ilegal, seguida de Tailandia", dijo a BBC Mundo
Julian Blanc, director de MIKE, Monitoring of Illegal Killing of
Elephants, la organización que monitorea la matanza ilegal de elefantes a
nivel internacional.
El marfil decomisado es apenas un porcentaje del traficado en forma ilegal.
"Por el momento todo lo que podemos decir con alguna certeza es que el número de
elefantes muertos ilegalmente en 2011 probablemente ascienda a las decenas de
miles de individuos", afirmó Blanc.
Para Arranz, "el problema es que en China son más de 1.300 millones de
persona y con que cada una quiera tener medio kilo de marfil no hay elefante en
el mundo que sea suficiente".
Para el biólogo español, no debe permitirse un comercio regulado sino
prohibirse totalmente la venta de marfil.
"La solución sería tratar de convencer no sólo a China, sino a otros países
en Asia, a Europa y Estados Unidos de que se acabe de una vez con el tráfico de
marfil que no sirve para nada".
"En el caso de los cuernos de rinoceronte algunas personas piensan que tiene
poderes medicinales, pero el marfil se quiere solamente para poner delante de la
TV una figurita y por esa escultura que no sirve para nada está muriendo mucha
gente".
"Como pocas cosas en el mundo"
El Parque Nacional Garamba es gestionado por African Parks, una fundación con
sede en Sudáfrica, y es financiado principalmente por la Unión Europea, además
de recibir fondos de la cooperación española y el Banco Mundial entre otros.
En el parque Zakouma, que Arranz dirigió en Chad, la población de elefantes
pasó de unos 3.800 a 400. "Ha sido una verdadera carnicería". Y lo mismo podría
suceder en Garamba.
“Si ahora nos fuéramos de aquí y la Unión Europea dejara de dar dinero en un
año no quedaría ni un elefante, ni un hipopótamo ni un bufalo, nada. Si ahora
desaparecen los animales y la gente se instala en su interior, luego será
completamente imposible rehabilitarlo".
Antes de la migración se juntan grandes poblaciones y en Garamba es posible
sobrevolar grupos de cientos de elefantes.
"Yo creo que en este mundo hay pocas cosas como ver un grupo de 400 elefantes
desplazándose por la sabana. Cada vez es más dificil ver esto porque estamos
acabando con ellos. Nadie cuestiona que gastemos millones en museos o en obras
de arte y en cambio, lo que ya tenemos no somos capaces de conservarlo.
Simplemente no tenemos derecho a no dejárselo a los que vengan después de
nosotros”.
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