Convivir con la naturaleza (foto de Jaime Cristóbal López)

jueves, 25 de octubre de 2012

PUEBLO MÁGICO


Tlalpujahua, historia de oro y esferas.


Entre las montañas del oriente michoacano, la magia se siente en el frío del lugar, a 40 kilómetros al sur se reproducen los millones de mariposas monarcas en sus santuarios protegidos, especie que cada año emigra desde Canadá para deleitarnos con su espectáculo natural.

En sus estrechos callejones y antiguas minas, Tlalpujahua nos narra la legendaria historia minera que le dio bonanza, llegó a ser de los principales productores de oro y plata en el mundo durante más de tres siglos, al paso del tiempo se negó a morir, por eso hoy su arquitectura virreinal se levanta imponente en la colina que la ha visto inmortalizarse. El pueblo resulta encantador con sus muros coloridos, sus techos de tejas y calles empedradas, los rincones con fuentes y las plazas públicas son elementos exquisitos para transitar por ellos mientras la niebla entre los altos bosques crea el espectáculo que cautiva al viajero.


Por todos lados los talleres de esferas nos muestran la sorprendente técnica del trabajo artesanal de soplar el vidrio y aplicar la pintura de forma manual, creando con ello los detalles que las hacen los objetos navideños más bellos del mundo, conviene visitar Mina la Estrella, la casa museo de los Hermanos Rayón, las perfectas joyas arquitectónicas del siglo XVII como el Templo del Carmen, el Ex convento y el Santuario.

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