El “pensamiento” estratégico,
basado en la elasticidad, en la negación de cualquier forma de verdad
absoluta y en el pragmatismo, tiene sus más antiguas raíces en la filosofía
griega, desde los socráticos a los sofistas, y en el mundo oriental en el
budismo y el zen.
Teniendo en cuenta sus
más recientes aplicaciones al mundo de la psicoterapia,
el modelo surge de la influencia de
Milton Erickson en las teorías sistémicas.
Erickson,
durante su carrera elaboró
miles de estrategias y técnicas de intervención basados en su concepción de
la hipnosis como un fenómeno relacional y psicosocial y con un estilo
especial de comunicación terapéutico, que influyó
notablemente en el estudio
sobre la familia y la comunicación del grupo de Palo Alto.
Dentro de este famoso
grupo y su proyecto sobre la
comunicación Gregory Bateson, Jay Haley y John Weakland, estudiaron el tipo
de comunicación terapéutica y las estrategias de Erickson. Su peculiar modo
de hacer terapia, las prescripciones paradójicas, los dobles vínculos
terapéuticos, el empleo de la resistencia...etc fueron, para el grupo de
Palo Alto, la base principal para su formulación teórico-práctica.
A pesar de que no existe un
modelo único de terapia estratégica, existen dos modelos especialmente
influyentes, el de autores como Jay Haley y Cloé Madanes, y el modelo del
MRI (Mental Research Institute).
En el modelo de Haley los
problemas están determinados sobre todo por la incongruencia jerárquica en
el seno de una familia y por las consecuentes alianzas y juegos de poder. El
síntoma se considera una metáfora del problema y la terapia se centra en la
gestión del poder y la reorganización de las jerarquías dentro del sistema
familiar.
Para este planteamiento es
fundamental la superación de las crisis de paso, situadas en los diferentes
estadios de la vida familiar, que son según Haley (1973),estos seis estadios
sucesivos:
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Así todas las categorías
diagnósticas tradicionales se pueden redefinir en términos de las
dificultades que se encuentran en el paso de una fase a otra del ciclo
vital, (Madanes, 81).
Desde la perspectiva del MRI,
representado por autores como Weakland, Watzlawick y Fish, el problema está
determinado por el mecanismo de acciones y retroacciones que es
desencadenando y mantenido por las “soluciones ensayadas” que el paciente
hace para hacer frente al trastorno o síntoma.
Así entonces las
intervenciones son prescripciones de comportamiento dirigidas a interrumpir
el ciclo repetitivo de perpetuación del problema, y las estrategias
terapéuticas se orientan hacia objetivos mínimos.
En resumen, el
terapeuta estratégico se centra en la valoración de lo que sucede en las
relaciones interdependientes que el sujeto mantiene consigo mismo, con los
demás y con el mundo, es decir la realidad personal del paciente.
La terapia estratégica
no busca las causas “profundas” del problema ya que lo que se considera, no
es el modo en que el problema se ha formado en el pasado, sino como éste se
mantiene en el presente. Es más un saber como que un saber porqué,
es decir, se observa como funciona el problema que se presenta dentro
del sistema relacional, centrándose en la interacción presente y en las
conductas observables que mantienen el problema. En otras palabras, como ha
intentado el sujeto, hasta el momento, combatir o solucionar el problema y
como es posible cambiar esa situación problemática de la manera más rápida y
eficaz.
Este enfoque rompe con la
creencia según la cual los problemas que persisten durante mucho tiempo,
necesitan obligatoriamente de un tratamiento igual de largo y tormentoso. La
terapia estratégica no es una intervención superficial y sintomática, sino
una intervención radical ya que apunta a la reestructuración de las maneras
en que cada uno construye la realidad que luego afronta, se trata por lo
tanto de construir realidades terapéuticas.
En las escuelas clásicas de
psicoterapia se postula que el cambio se obtiene a través del “insight”, es
decir del conocimiento de las causas que en el pasado formaron el problema,
en el enfoque estratégico por contra, el problema se resuelve en el aquí y
ahora, ya que mediante el “insight” puede darse una explicación del problema
pero poco hace para solucionarlo. Por tanto la solución del problema se
busca mediante la aplicación de estrategias que rompan el sistema de
percepciones y reacciones que lo mantienen en el presente.
Otra notable diferencia con
respecto a la concepción clásica de la terapia, es que en esta última, se
considera que para cambiar una situación problemática, hay que cambiar
primero la manera de pensar del paciente y solo después de esto, será
posible cambiar su manera de actuar. Desde una óptica estratégica, por el
contrario, solo después de que se ha producido el cambio o el nuevo
aprendizaje, el conocimiento puede repetirlo y aplicarlo de nuevo, es decir
antes se cambia la manera de obrar y como consecuencia de esto cambia la
manera de pensar o el marco de la realidad del paciente. Así pues el enfoque
estratégico es un planteamiento pragmático radicalmente distinto al de la
psicoterapia a largo plazo.
En palabras de Erickson
“una psicoterapia es buscada, en primer término, no
para esclarecer un pasado inmodificable, sino a causa de una insatisfacción
con el presente y un deseo de mejorar el futuro…se precisa cambiar la
situación actual, y una vez establecido tal cambio, por pequeño que sea, se
precisa de otros cambios menores y un efecto de bola de nieve de estos
cambios menores conduce a otros más importantes…”
Fuente.
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