Los anticuerpos son glucoproteínas que circulan por la sangre a la busca y captura de los antígenos que dañan el
organismo. El conocimiento del mecanismo de respuesta del cuerpo humano frente
a los antígenos que causan las enfermedades ha dado lugar a las vacunas, que hacen que el cuerpo se adelante a un posible
contagio haciéndolo inmune.
La función básica de los
anticuerpos es la de neutralizar elementos externos, antígenos, como bacterias, parásitos y virus. Además, cada inmunoglobulina es única y específica para
cada tipo de antígeno.
Los anticuerpos, una vez
producidos, permanecen circulando por la sangre durante meses, lo que genera la
inmunidad durante largos periodos a un cierto antígeno. Esta es la base de
las vacunas: crear dicha inmunidad a ciertos organismos patógenos externos tras provocar la segregación por parte
del sistema inmunitario de las inmunoglobulinas correspondientes.
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