Multitud
de investigaciones muestran como evidente la transmisión hereditaria de ciertas
enfermedades mentales, en cambio resulta confuso el mecanismo de esa
transmisión. La enfermedad es consecuencia de la interacción entre la
constitución y el medio, «lo que se hereda no es la enfermedad mental, sino la
disposición a padecerla».
La
aparición de la enfermedad en un sujeto, aun en los casos de herencia de
carácter dominante, dependerá de muchos factores. Puede que transcurra toda su
vida sin que manifieste la enfermedad si no concurren factores y
desencadenantes. No es posible predecir si el hijo de un enfermo mental manifestará
la misma enfermedad, en cambio sí que se puede predecir que ésta aparecerá con
más frecuencia entre los hijos de ese enfermo que entre la población en
general; y si el padre y la madre padecen la misma enfermedad, la probabilidad
aumenta. En las esquizofrenias hay un 1 por 100 de esquizofrénicos en la
población. Entre los descendientes de padre y madre esquizofrénicos un 40 por
100 manifestará la enfermedad (cuarenta veces más), y otro 15 por 100 tendrá
anomalías psíquicas, aunque no esa misma enfermedad. Entre los gemelos
bivitelinos se da la misma proporción que entre los hermanos en general,
mientras que entre los univitelinos la concordancia es del 80 por 100. Se
considera que se trata de una herencia de tipo recesivo, con penetración
incompleta del gen o genes portadores.
La
psicosis maniacodepresiva, o depresión mayor la presenta el 0,4 por 100 de la
población y el riesgo de que se manifieste en las familias de maniacodepresivos
es treinta veces superior. Entre los gemelos univitelinos la concordancia es
del 95 por 100. Parece tratarse de una herencia de tipo dominante, con
penetración incompleta del gen.
En
las oligofrenias (subnormales o retrasados mentales), la mayoría de las
oligofrenias profundas (80 por 100) se debe a causas exógenas (accidentes o
enfermedades en la vida intrauterina, o en la primera infancia) y por tanto no
son hereditarias. En las oligofrenias leves o de mediana intensidad, el 80 por
100 están vinculadas a la herencia. Son hijos de personas de muy bajo cociente
intelectual. Cuando el padre y la madre son oligofrénicos, un 80 por 100 de los
hijos presenta retraso mental, y sólo el 40 por 100 cuando únicamente el padre
o la madre son oligofrénicos. Un factor negativo es que muy frecuentemente los
oligofrénicos se unen entre ellos, porque les suele ser difícil encontrar un
candidato a cónyuge con inteligencia superior y que le acepte. El modo de
transmisión es de tipo recesivo.
Las
neurosis son reacciones vivenciales anormales, fruto de las circunstancias y,
por tanto, no vinculadas a la masa genética. La sobrecarga de neurosis en un
mismo árbol genealógico (existen antecedentes hereditarios en el 70 por 100 de
las neurosis) se intenta explicar por «falsa herencia», espejismo producido
como consecuencia del «contagio emocional» en el ambiente familiar patógeno.
Sin embargo, las concordancias con gemelos univitelinos, 83 por 100, según
Eysenk, y de sólo el 23 por 100 en los bivitelinos, quedan lejos de estar
explicadas totalmente por el «contagio emocional». Dentro de la indiscutible
psicogenia de las neurosis parece haber un fondo constitucional de
predisposición a reaccionar neuróticamente ante las vivencias patógenas.
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