Convivir con la naturaleza (foto de Jaime Cristóbal López)

viernes, 1 de marzo de 2013



10 TIPS PARA SER UN BUEN DOCENTE

1 Privilegiar el liderazgo sobre la técnica.
Los profesores tienen que convencerse de que son ellos y nadie más los responsables de que los estudiantes aprendan. A la técnica, aseguran los expertos, hay que mirarla como lo que es: una mera ayuda.
Para ser líderes, los profesores deben cambiar el switch mental, comenzar a sentirse importantes y dejar de sentirse funcionarios. Y una visión optimista de la educación es fundamental para formar estudiantes con mística. Se concuerda en que ni las redes sociales ni un computador o una calculadora de última generación reemplazarán jamás a la palabra bien dicha de un maestro. Las generaciones jóvenes están ávidas de una guía. Los niveles de deserción se agravan porque hoy el alumno tiene los mecanismos para buscar la información por su propia cuenta en la red, y no necesita a un profesor como mero transmisor. El liderazgo marcará la diferencia.
2 Abrir la clase a los pares.
Romper la idea de que el profesor es dueño de la clase y de que un sistema de enseñanza autoritario es el único eficaz, marcaría una gran innovación en el sistema educativo nacional, dice Patricio Pfelmer, experto de la Universidad de Chile. “Hoy existe la creencia de que el profesor es el dueño de su clase y allí nadie puede meterse. Abrir la clase a los pares, ¡esa sí que sería innovación!”. Se concuerda en la idea de que si los maestros permitieran la entrada de otros para observar su trabajo, permitiendo la crítica mutua e incluso la grabación, se incentivaría el progreso y la búsqueda de cánones de perfeccionamiento en la docencia. Una definición conjunta de lo que se precisa innovar dentro del aula, sería una de las consecuencias de esta apertura.
3 Evaluaciones por escrito.
Saber leer no es sólo unir palabras o fonemas, sino comprender acabadamente lo que se lee. La existencia de pruebas con alternativas, común hoy en los colegios, en vez de mejorar los rendimientos, contribuiría a que los estudiantes no tengan la costumbre ni hagan el esfuerzo de leer.
4 Modernizar los currículos de enseñanza.
Urge una reforma curricular. Una que consolide áreas sensibles de la enseñanza como matemáticas, lenguaje y ciencias, e integre, con importancia, otras áreas del saber: música, artes visuales, patrimonio, educación física. Estas áreas son tomadas hoy como disciplinas apenas complementarias. El acortamiento y la modernización de las grillas curriculares parecen ser prioridad. Un currículum escolar globalizado y más corto que respete la realidad social de cada establecimiento, y adaptado a cada región.
5 Profesores destacados en Educación Básica.
Destinar a los mejores maestros a enseñar en los primeros años de escolaridad sería una de las grandes herramientas para comenzar a mejorar la educación. Partiendo de la base que el profesor ya no será un mero transmisor de información, sino un orientador con liderazgo que ejercerá una poderosa guía en el aula, poner a los mejores en el punto de partida del proceso educativo -la prebásica y primeros años de básica- asegura un desarrollo integral hacia el futuro.
En esta misión, la tecnología servirá exclusivamente de apoyo, pero lo esencial será la palabra, el aprendizaje lecto-escritor y las primeras nociones matemáticas y espaciales. La educación mejorará cuando el profesor se sienta absolutamente responsable de lo que logra movilizar en cada alumno y no encuentre mejor lugar para debutar en la tarea que en la infancia. De lo que el escolar absorba en esta etapa y de su formación inicial, dependerá su rendimiento futuro.
6 Encantar al alumno.
“Un buen profesor sabe lo que enseña y sabe transmitirlo. Si a eso se agrega la capacidad de encantar al alumno con el aprendizaje, entonces tendremos a un docente efectivo que cumple las metas que todos esperamos”. Recuerda las palabras de Gabriela Mistral cuando afirmó que si ella fuese la Directora de una Escuela Normalista no le daría el título a alguien que no tuviese “… algo de encantamiento”. Seducir es la clave de la enseñanza y la mejor manera de lograr resultados dentro de la sala.
7 Pensamiento Original.
“Si cada profesor pensara la educación desde sí mismo, si se atreviera a reflexionar desde sus propios valores, la educación comenzaría a adquirir un plus, el que tiene una educación con coraje intelectual. “Los únicos que han tenido esa valentía interior han sido nuestros poetas, quienes han creado un pensar original sobre las cosas y el mundo, como lo hizo Gabriela Mistral”, dice Cristián Warnken, decano de Educación de la UDD. Esa idea rescataría la intuición y la aplicaría al pensamiento.
Un maestro debiera también convertirse en un narrador: así, el profesor de matemáticas contaría las matemáticas, y el de geografía, la narraría como un cuento, despertando la motivación de sus alumnos. Sería el fin del profesor que sólo entrega información, rol que parece cumplir hoy. De paso, innovaría, porque “la mejor innovación es hacer bien las cosas”, dice Tito Larrondo, director del Centro de Innovación, Investigación y Evaluación en Educación de la Universidad de Playa Ancha. Rescatar la oralidad para formar una generación de profesores-narradores fomentará el aumento de vocabulario, la resolución de problemas, el sentido crítico y un discurso propio entre los escolares.
8 Desacralizar la tecnología.
Los estudiantes de hoy se conectan al conocimiento por vías que han cambiado radicalmente en los últimos diez años. Son niños absolutamente tecnologizados. De acuerdo a las proyecciones, esta cercanía a elementos tecnológicos irá en aumento. Sin embargo, ella no es la respuesta a todas las plegarias, lejos de eso, dicen los expertos. Los profesores más exitosos serán quienes logren despertar la curiosidad de sus alumnos y les enseñen las herramientas para ordenar y clasificar el alud de información, dice Luz María Budge, Decana de Educación y Ciencias de la Familia de la Universidad Finis Terrae. No son las nuevas aplicaciones lo que va a generar sorpresas en el futuro de nuestros niños, sino la capacidad aprendida para procesar la información obtenida. Y eso depende del profesor. En educación, hay que bajar a la tecnología del pedestal donde se encuentra.
9 Aprender a enseñar.
La gran técnica indispensable a desarrollar con los profesores es enseñarles a enseñar, asegura Verónica Abud, jefa de la División de Educación General del Ministerio de Educación. de Chile “Que los profesores conozcan el desarrollo intelectual de los niños para poder entregarles un contenido significativo de acuerdo a su propia realidad”. Y, desde ella, enseñarles a resolver problemas con un análisis adaptado a su capacidad intelectual. Sería la vía para alcanzar mejores y más rápidas metas en diversas disciplinas. Con esta perspectiva, los alumnos se involucrarían más y la motivación crecería. Según los expertos, el acercamiento de la enseñanza al nivel cognitivo de cada uno en la sala de clases, marcaría una tremenda diferencia.
10 Achicar los cursos a máximo 30 alumnos.
En la mayoría de los casos, los cursos en la educación municipalizada chilena llegan o superan los 45 alumnos. Frente a esta realidad, se esfuma la posibilidad de la más mínima enseñanza personalizada, visión que ha marcado el éxito en aquellos países que han logrado el mejoramiento educativo. Una personalización en la enseñanza es imprescindible para que el estudiante se motive. Por ejemplo, hay establecimientos afectados por problemas serios de drogas que precisan de un discurso diferente de parte de sus profesores, pero en la práctica esto no se da: el énfasis está puesto en el control de la disciplina y en pasar la materia, tareas que se convierten en titánicas por el gran número de estudiantes. El acento está hoy puesto en el control y eso debe cambiar.

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